Los gatos son los mejores compañeros de vida que se pueden tener. Son entrañables, y aunque suelen parecer animales independientes y ariscos, necesitan de nuestros mimos para cuidar de su salud, ya que no están exentos de tener problemas. Conocer las enfermedades de gatos más comunes, saber reconocer sus síntomas y cómo prevenirlas es un factor fundamental para asegurar unan buena calidad de vida, larga y óptima.
Si estás pensando en adoptar un gatito y una de tus preguntas más recurrentes es ¿Qué enfermedades transmiten los gatos?, aquí te traemos una guía detallada sobre sus principales enfermedades, desde las más comunes y habituales, hasta aquellas que pueden acabar afectando a los humanos. También hablaremos en detalle sobre las enfermedades en los ojos de los gatos, muy comunes y a la vez muy poco conocidas.
Principales enfermedades de los gatos
Las enfermedades de los gatos pueden clasificarse en varios grupos: infecciosas, parasitarias, crónicas y hereditarias. Las más habituales suelen ser las infecciones víricas, por lo que un buen conocimiento y una buena prevención nos ayudará a limitar mucho las posibilidades de contraer cualquier tipo de enfermedad. A continuación vamos a detallar las enfermedades más comunes de los gatos, cuáles son sus síntomas y cómo curarlas. También hemos de decir que la mejor prevención que puede haber para cuidar a tu gatito es cumplir con las visitas rutinarias a su veterinario y cumplir fielmente el calendario de vacunación.

Enfermedades infecciosas
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Panleucopenia felina: También es conocida como parvovirosis felina, es una enfermedad muy común en los gatos a la vez que altamente contagiosa y con un pronóstico negativo, ya que la tasa de mortalidad es elevada si no se trata adecuadamente.
Los gatos más vulnerables son los gatos jóvenes, aunque ninguno está exento si no está vacunado. Las formas de contagio son diversas, encontrándose entre ellas el contacto directo con gatos infectados, el contacto con superficies contaminadas, por transmisión materna o a través de otros vectores de transmisión.
Los síntomas principales son diarrea, vómitos, fiebre, pérdida de apetito y debilidad. -
Leucemia felina (FeLV): Está provocada por un retrovirus y puede provocar efectos graves para la salud de nuestros gatos. Afecta al sistema inmunitario de los felinos, dejándolo muy debilitado y exponiéndolo ante cualquier otra infección o enfermedad. Entre los factores a tener en cuenta para la gravedad está la edad del felino, malos hábitos alimentarios o un estado de salud delicado.
No es común su contagio entre gatos y humanos, aunque no imposible, ya que puede transmitirse a través de heridas o mordeduras.
Entre los principales síntomas encontramos fiebre, pérdida de apetito con la consiguiente pérdida de peso, deterioro y pérdida del pelaje, anemia, e infecciones entre muchas otras.
La mejor manera de prevenir la leucemia felina es la prevención, evitando el contacto con gatos infectados y vacunándolo con cualquiera de los viales disponibles contra dicha enfermedad. -
Inmunodeficiencia felina (FIV): Es un virus que ataca al sistema inmune de los gatos, dañándolos o destruyéndolos, por lo que su sistema inmunitario queda debilitado dejándolos expuestos a diversas enfermedades. Puede comenzar sin ningún signo de enfermedad, aunque su vulnerabilidad va en aumento sobre todo a diversos parásitos y diversos agentes infecciosos.
Es conocido como el VIH felino, y entre los síntomas más frecuentes se encuentra la pérdida de peso, la inflamación de los ganglio linfáticos, problemas respiratorios, diarrea, vómitos y conjuntivitis, entre otros.
Lo más común es que se contagien mediante mordiscos o por contacto directo con heridas o saliva de gatos infectados. -
Complejo respiratorio felino: Es un conjunto de enfermedades respiratorias que pueden afectar a los gatos. Algunos de los síntomas son estornudos, mucosidad o goteo nasal, y suele afectar de forma más grave a los gatos jóvenes que han vivido en colonias o grupos. Los dos agentes infecciosos más comunes son el Herpesvirus y el Calicivirus felino. El contagio se produce principalmente por contacto directo a través de secreciones. Esta infección en concurrencia con alguna de las anteriores mencionadas puede dar lugar a cuadros graves de enfermedad que puede producir incluso la muerte.
Enfermedades parasitarias
Las enfermedades parasitarias en los gatos son comunes y representan un gran problema de salud que repercute muy negativamente en su calidad de vida. Estos parásitos pueden clasificarse en internos o externos.
Dentro de los internos podemos encontrar las lombrices redondas, las tenias, los protozoos, o los parásitos pulmonares. En los externos, los más comunes son las pulgas, las garrapatas y los ácaros de la sarna. Su sintomatología es variable, desde tos, diarrea, o pérdida de apetito, hasta lesiones en la piel, anemia, o caídas del pelaje.
Para prevenir estos problemas de salud son imprescindibles las visitas rutinarias al veterinario en las que se realizarán desparasitaciones periódicas, se deberá controlar el entorno, evitar el contacto con animales infectados y mantener una alimentación adecuada. Es un problema común pero prevenible, ya que con simples gestos podremos mantener a raya a estos "bichitos".
Enfermedades crónicas
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Enfermedad renal crónica: una de las patologías más frecuentes en gatos mayores. Esta enfermedad es muy habitual, ya que nuestros gatitos tienen los riñones muy pequeños. También puede darse en gatos jóvenes debido a otras afecciones como pueden ser tumores o infecciones.
Es una enfermedad silenciosa que suele manifestarse cuando ya está muy avanzada, haciendo muy complicado su tratamiento. Podemos prevenirla con una alimentación adecuada y análisis rutinarios en su veterinario.
También puede ser aguda, apareciendo de forma brusca y debiéndose a algún agente infeccioso, medicamento o traumatismo, debiendo actuar a la mayor brevedad posible para evitar complicaciones mayores e incluso la muerte de nuestro felino.
Entre su sintomatología podemos encontrar falta de apetito, que beba demasiada agua y orina también más de lo habitual, pérdida de peso, y cambios en el pelaje.
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Diabetes felina: La diabetes felina afecta principalmente a gatos mayores, castrados o con obesidad. Las causas son variadas y se debe obtener un diagnóstico precoz para un tratamiento adecuado y que no repercuta en su calidad de vida. Existen dos tipos, como son la DM Tipo II y la de origen inmune. Entre sus síntomas podemos encontrar aumento de sed, debilidad, mayor apetito, apatía o debilidad muscular. Entre el tratamiento encontramos medicación, inyecciones de insulina, aumento de la actividad física, y una alimentación adecuada baja en carbohidratos y equilibrada.
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Problemas cardíacos: Las cardiopatías en los gatos engloban gran cantidad de enfermedades de diferente gravedad. Se pueden clasificar entre cardiopatías congénitas (de nacimiento) o adquiridas (desarrolladas a lo largo de la vida)
El signo más común de cardiopatía es el soplo cardíaco, que puede iniciar siendo un signo leve e ir agravándose con el paso de los años. Según la gravedad de la enfermedad, pueden presentar una sintomatología u otra, apareciendo debilidad, desmayos, dificultad para respirar o distensión abdominal en las patologías más serias.
Enfermedades en los ojos de los gatos
Uno de los problemas que más preocupa a los dueños de felinos son las enfermedades en los ojos de los gatos. La salud ocular es clave para su bienestar y, cuando aparece un síntoma, suele ser muy visible, porque la mayoría muestran secreciones y enrojecimiento que saltan a simple vista.
Entre las enfermedades más comunes en los ojos de los gatos encontramos:
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Conjuntivitis: inflamación de la membrana ocular y del interior de los párpados. Puede ser vírica o bacteriana, y el tratamiento dependerá de la gravedad y del patógeno que la ha ocasionado. Se manifiesta con enrojecimiento, lagrimeo excesivo y molestias.
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Úlceras corneales: consecuencia de traumatismos o infecciones, que incluye también rasguños o cuerpos extraños que puedan producir dichas lesiones. Entre los síntomas típicos encontramos enrojecimiento, lagrimeo excesivo, dolor e incluso pus.
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Cataratas: más frecuentes en gatos mayores o con diabetes, se produce por una opacificación del cristalino ocular. Es una enfermedad típica de gatos ancianos, aunque también puede estar producida por enfermedades metabólicas o causas hereditarias. Entre los síntomas podemos encontrar apatía, pérdida de interés en el juego y pérdida de movimiento.
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Glaucoma: aumento de la presión intraocular que, si no se trata, puede causar ceguera. Está causada por un aumento del humor acuoso que no se drena de forma correcta, de ahí el aumento de la presión, pudiendo llegar a dañar el nervio óptico. Es común en gatos mayores y ancianos, aunque existen tratamientos para frenar la degeneración visual y poder vivir con ella. Entre los síntomas a tener en cuenta encontramos: ojos enrojecidos, pupilas dilatadas, pérdida de visión, entrecerrado de párpados o secreción ocular.
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Problemas secundarios a infecciones respiratorias: Hay microorganismos que pueden causar infecciones respiratorias y a su vez, afectar a los ojos como consecuencia de una infección secundaria. Los signos más representativos de dicha infección pueden ser las secreciones verdosas o amarillentas, acompañadas de falta de apetito. Entre las más destacadas podemos encontrar el herpesvirus felino o el calicivirus, que empiezan con conjuntivitis y lagrimeo excesivo, para acompañarse después de estornudos y de signos claros como el pegado de ojos.
Consejo: si tu gato presenta legañas continuas, secreciones de color verdoso o amarillento, ojos entrecerrados o cualquier cambio en la apariencia ocular, acude al veterinario cuanto antes, la prevención es clave en el transcurso y pronóstico de la enfermedad.
¿Qué enfermedades transmiten los gatos?
Una de las dudas más frecuentes como hemos comentado anteriormente cuando se va a adoptar un gato es: ¿qué enfermedades transmiten los gatos?. Es una duda razonable, sobre todo si tenemos bebés en casa u otros animales a los que pueda afectar su salud. La mayoría de gatos domésticos sanos y bien cuidados no representan un riesgo importante, pero conviene conocer las zoonosis más relevantes para poder reconocerlas y afrontarlas de la manera más rápida posible.
Enfermedades que transmiten los gatos a las personas
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Toxoplasmosis: Es una infección causada por un parásito (Toxoplasma gondii). Los huéspedes habituales suelen ser los gatos, siendo los niños, adultos y otros gatos los pueden infectarse por dicho parásito. Éste solo puede madurar en el cuerpo de un gato y su hábitat son los intestinos, propagándose en forma de huevos a través de sus heces. Los huevos deben madurar en el suelo de 1 a 5 días antes de que empiecen a ser contagiosos.
Cuando se come algún tipo de alimento o se bebe agua que haya estado en contacto con dichas heces, el huevo pasa a través del tracto digestivo para alojarse en el intestino del nuevo huésped y anidar en su pared intestinal. También puede transmitirse en mujeres embarazadas al feto, aunque la mayoría de los bebes infectados no tienen ni signos ni síntomas al nacer.
Entre los síntomas más destacados podemos encontrar fiebre, dolores musculares y de cabeza, malestar generalizado e inflamación de los ganglios linfáticos. -
Tiña (dermatofitosis): es una enfermedad provocada por un hongo muy contagiosa. Se puede propagar con gran rapidez en un hogar con diversas mascotas, ya que las esporas de dicho hongo están en el ambiente debido a que su hábitat natural son la piel del animal infectado y el pelo. Estas esporas son muy resistentes, por lo que pueden permanecer durante meses o incluso años en todos los elementos con los que haya tenido contacto el gato enfermo.
Es relativamente difícil que pase a humanos, pero a su vez, es muy fácil que infecte en personas con el sistema inmune deprimido, o con heridas que puedan entrar en contacto con el patógeno. Los síntomas más representativos de esta infección son las lesiones en la piel, escamas, caída del pelo o llagas. Durante la enfermedad se recomienda acotar los espacios por los que pueda pasear tu mascota, y que dichos espacios sean fáciles de limpiar y desinfectar para así prevenir futuras complicaciones tanto con otras mascotas como con nosotros mismos. -
Bartonelosis (enfermedad por arañazo de gato): transmitida por arañazos o mordeduras de gatos infectados por la Bartonella henselae o por pulgas de gato. También se ha de decir, que además de por arañazos o mordeduras, se puede transmitir por contacto directo con zonas con secreciones como pueden ser la boca, la nariz o los ojos del gato. En los gatos, raramente provoca algún tipo de síntoma grave, sin embargo, algunos de los síntomas más significativos en humanos son pústulas o protuberancias, fatiga, fiebre, o dolor de cabeza.
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Parásitos intestinales: como Giardia o Toxocara, ésta última causa la toxocariasis, que pueden infectar a los humanos a través de la ingestión accidental de sus huevos presentes en las heces de los gatos, dando lugar a elementos y líquidos contaminados.
Otro de los factores a tener en cuenta es la higiene deficitaria y la difícil, pero posible inhalación de los huevos. Los gatos suelen contraer la infección mediante la ingestión de huevos o larvas presentes en el entorno, e incluso a través de la leche materna. Algunos de estos parásitos pueden provocar graves problemas de salud en humanos, como por ejemplo los problemas de visión causados por la larva migrans ocular.
Prevención para los dueños
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Mantener al día las desparasitaciones de gatos y resto de mascotas, cumpliendo con las visitas rutinarias al veterinario para poder detectar cualquier problema de salud lo antes posible.
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Higiene estricta en el manejo del arenero, cambio periódico de elementos en contacto con las heces y orina de nuestro gato, sustitución de elementos no desinfectables y ante la duda, utilizar elementos de un solo uso.
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Lavado e higiene de manos después de jugar o limpiar al gato. Es muy importante la desinfección y limpieza de todas las zonas por las que pueda estar nuestro gato, aspirado constante, y sustitución de elementos que no puedan ser desinfectados a fondo.
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Evitar que los gatos con acceso al exterior cacen y coman presas, y mantener una vigilancia estricta sobre su pelaje y condiciones físicas para poder detectar problemas de salud de forma temprana.
En definitiva, aunque existen diversas enfermedades que transmiten los gatos, y que dentro de ellas, si no se controlan y se atienden de forma precoz pueden causar graves problemas de salud, con una buena rutina de higiene y cuidados veterinarios el riesgo es mínimo, sobre todo si se mantiene al día las desparasitaciones.
Prevención: la clave contra las enfermedades gatos
La prevención en la salud de los gatos es fundamental para asegurarnos una larga y buena calidad de vida. La prevención fundamental la obtendremos con las visitas a nuestro veterinario de confianza, el cual nos informará y orientará de todas las acciones a tomar, cuidados, y revisiones a realizar para conseguir un estado de salud óptimo. A continuación detallamos los 5 acciones fundamentales para que las enfermedades de gatos sean una anécdota en nuestra casa.
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Vacunas al día: son el paso fundamental para evitar las infecciones bacterianas y víricas. Las principales enfermedades que podremos evitar son la leucemia felina, la panleucopenia, la calicivirosis o la rinotraqueitis entre otras. Entre las vacunas esenciales a dispensar a nuestro felino están la trivalente, que abarca contra el parvovirus felino, el calicivirus y el herpesvirus felino. La vacunación es sumamente importante porque es la mejor forma de asegurar una protección contra enfermedades que pueden ser letales, especialmente en gatos jóvenes.
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Desparasitación interna y externa: Aunque nuestro gato no salga de casa y esté aislado del mundo, debemos realizar una desparasitación periódica que asegure un buen estado de salud. Estos parásitos engloban desde garrapatas y pulgas, hasta lombrices o tenias. A su vez, pueden causar desde problemas cutáneos, fatiga, diarrea e incluso zoonosis (enfermedades que se puede transmitir al humano) Para los parásitos externos podemos encontrar muchas opciones en el mercado como pueden ser pipetas, champús, o collares antiparásitos para gatos.
Para desparasitación interna encontramos comprimidos o pastillas, pero éstas deben ser prescritas por un veterinario, ya que son los profesionales que deben orientarnos sobre la posología y el tratamiento más adecuado para nuestro felino. -
Chequeos veterinarios periódicos: Las visitas al veterinario son imprescindibles e ineludibles para mantener la salud de nuestro gato en condiciones óptimas. Como mínimo deben ir una vez al año, pero hay variaciones, mientras que los gatitos de hasta 12 meses deben asistir cada 4 meses, los gatos mayores, a partir de 7 años deben acudir cada 6 o 12 meses, según nos recomiende nuestro especialista. En estas visitas se llevarán a cabo las vacunaciones, revacunaciones y chequeos rutinarios en los que se podrán prevenir cualquier enfermedad o su detección temprana.
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Alimentación equilibrada: Actualmente hay en el mercado muchísimos productos alimentarios para nuestras mascotas, pero encontrar una comida para gatos de calidad debe ser nuestra prioridad. Debe estar basada en carne o pescado, rica en proteínas y baja en carbohidratos. Nuestra recomendación es la comida húmeda para gatos, ya que aporta los nutrientes, vitaminas y minerales necesarios y una dosis extra de hidratación, tan necesaria para ellos.
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Limpieza e higiene: Es fundamental, sobre todo a el arenero y el ambiente. Muchos de los parásitos e infecciones de los gatos se transmiten a través de sus heces, y muchos otros a través de su pelo. Por esto mismo es necesario limpiar el arenero diariamente, y pasar la aspiradora o un buen cepillo quita pelos por los textiles del hogar para que no se vayan acumulando y mantengamos el ambiente libre de ácaros y de agentes infecciosos.
Señales de alarma en enfermedades de los gatos
Los gatos suelen ser animales muy duros, que no muestran señales de enfermedad hasta que está muy avanzada, y muchas veces esto complica el pronóstico y el curso de la enfermedad. Debemos estar atentos a cualquier cambio que se produzca en su actitud, y entre otros, debemos tener en cuenta:
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Pérdida de apetito o sed excesiva.
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Vómitos frecuentes.
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Cambios en el comportamiento: agresividad, aislamiento, apatía.
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Pérdida de peso repentina.
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Dificultad para orinar o defecar.
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Secreciones en ojos o nariz de color amarillo o verdoso.
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Respiración agitada o con la boca abierta.
Ante la aparición de cualquiera de estos síntomas debemos acudir de forma urgente al veterinario para que le realice los exámenes pertinentes y prevenir complicaciones.
Preguntas frecuentes sobre enfermedades de gatos
¿Que enfermedades transmiten los gatos más habitualmente?
Dentro de las enfermedades que transmiten los gatos, las más comunes son la toxoplasmosis, causada por el parásito Toxoplasma gondii, parásitos intestinales como las lombrices o las tenias, la enfermedad por arañazo de gato causada por la Bartonella Henselae y algunas bacterias como la Salmonella. Todas ellas se pueden prevenir con una buena higiene y manteniendo una rutina periódica de visita al veterinario.
¿Las enfermedades en los ojos de los gatos son graves?
Pueden serlo si no se tratan a tiempo, ya que algunas (como úlceras o glaucoma) pueden causar pérdida de visión, y otras pueden aparecer como consecuencia de una infección respiratoria primaria. Con una prevención adecuada pueden vivir con cualquier patología, ya que incluso pueden sufrir cataratas que pueden ser operables.
¿Todas las enfermedades gatos se pueden prevenir?
No todas, pero si pueden mejorar el pronóstico y la evolución de la enfermedad con un manejo temprano. Las vacunas, desparasitaciones periódicas, la higiene y una buena alimentación podremos mantener a raya la mayoría de ellas.
¿Cómo saber si mi gato tiene una enfermedad?
Los gatos son animales que suelen mostrar cambios en su actitud ante cualquier contratiempo o estrés. La caída del pelo, la pérdida de apetito, apatía o vómitos recurrentes nos indicarán que hay algo que no está bien, y que debemos prestarle atención y acudir al veterinario para que diagnostique y nos indique los cuidados a seguir.
Conclusión
Las enfermedades de los gatos son variadas y algunas pueden ser graves, pero la buena noticia es que muchas se previenen con cuidados básicos como la higiene, las vacunas y las desparasitaciones periódicas.
Además, aunque existen algunas enfermedades que transmiten los gatos, y algunas de ellas pueden llegar a presentar complicaciones, la convivencia es segura si se aplican medidas de limpieza y se mantienen los cuidados veterinarios esenciales.
Un gato sano es un gato feliz, y conocer sus riesgos de salud es el primer paso para ofrecerle la vida plena que merece que le ofrezcamos.
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