Antibióticos para gatos, ¿cuándo?
¿El antibiótico para gatos es siempre fundamental para curarlo? En este artículo te enseñaremos cuándo utilizarlo, cómo se debe utilizar y los posibles efectos adversos de su uso.
Cuando nuestro gato se enferma, en caso de ser necesario el veterinario prescribe el antibiótico. Pero, ¿Cuándo debería usarse? ¿Cómo administrarlo al gato y cuáles son los efectos adversos? Estas son algunas preguntas muy frecuentes que se realizan las personas que tienen gatos de mascota, por lo que a continuación te mostramos las respuestas a todas ellas.
Cuándo usar el antibiótico para gatos
Muchas de las reglas que se aplican para suministrar antibióticos a los perros también se aplican a los gatos. Ambos son mascotas y, a menudo, están expuestos a los mismos riesgos para la salud porque viven realidades similares. Antes de ir a ver cuándo usar un antibiótico para nuestro gato, es bueno saber qué es.
Un antibiótico es una sustancia, natural o química, que ataca el ciclo de vida de los microorganismos y es capaz de ralentizar su crecimiento o provocar su muerte. Sin embargo, esto solo ocurre si la infección es causada por una bacteria, no por un virus o un hongo.
Por lo tanto, se deduce que el antibiótico para gatos debe utilizarse en presencia de infecciones bacterianas o para evitar que estas se desarrollen cuando existen infecciones de otra naturaleza. Es muy fácil que un gato, que puede pasar sus días al aire libre y con otros animales, desarrolle una infección bacteriana.
Dado que los medicamentos para gatos se han estudiado precisamente en función del metabolismo del gato, un antibiótico elegido al azar en lugar de otro no es bueno. Por lo tanto, es de gran importancia saber que, si nos damos cuenta de que nuestro gato está enfermo, aunque sea porque se lesionó en el jardín, nunca debemos pecar auto recetándolo.
Recuerda que en cualquier caso la mejor opción es acudir a un veterinario, quien, según las evaluaciones de diagnóstico, puede elegir una terapia antibiótica para el gato en lugar de otra. Él emitirá una receta veterinaria electrónica y nos emitirá un código PIN mediante el cual el farmacéutico procederá a dispensar el medicamento (los gastos veterinarios también se pueden descontar en la declaración de impuestos).
¿Cuáles son las infecciones más comunes en los gatos para las que se debe usar antibiótico?
- Infecciones del tracto respiratorio superior: se manifiestan con secreción oculoconjuntival y nasal, estornudos y blefaroespasmo (los responsables son Bordetella B spp, Chlamydia, Mycoplasma). En estos casos, el principio activo que el gato tolera bien es la doxiciclina, alternativamente la amoxicilina, aunque con peores efectos terapéuticos.
- Infecciones pulmonares: ocurren con bronquitis y / o neumonía en las que son responsables tanto bacterias Gram negativas como Gram positivas. La elección de la terapia con antibióticos se basa en el resultado del lavado bronco alveolar.
- Infecciones de las glándulas salivales y mamarias.
- Infecciones de la piel.
- Infecciones secundarias: por ejemplo, después de una cirugía.
A menudo, la causa infecciosa se debe a múltiples microorganismos, como Clostridium, Streptococcus, Staphylococcus, y el veterinario prescribe un antibiótico de amplio espectro, que puede actuar sobre varias bacterias al mismo tiempo.
A nivel mundial se ha autorizado recientemente la comercialización de un nuevo antibiótico a base de Enrofloxacino, el cual está indicado para tratar infecciones bacterianas que afecten a los sistemas respiratorio, gastrointestinal y urinario, infecciones cutáneas producidas por Staphylococcuss spp., Escherichia coli, Haemophilus spp. y Pasteurella spp.
Tanto la conjuntivitis aguda como la crónica, causada por Chlamydia felis, son muy comunes en los gatos.
Chlamydia felis
Es una bacteria Gram negativa y afecta principalmente a los gatos a una edad temprana y, como se transmite a través de las secreciones oculares, es fácil encontrarla en granjas o en el caso de convivencia con otros gatos.
En los casos graves, a la conjuntivitis se unen queratitis y ulceraciones, lo que produce fiebre, pérdida de peso y dificultad para respirar, por lo que probablemente se asocian con otras infecciones. Se necesita una fuerte terapia con antibióticos y, si el gato vive con otros, todos deben ser tratados y luego optar por la vacuna.
Cómo administrar antibiótico a un gato
En primer lugar, al igual que con los antibióticos para perros, la dosis de antibiótico que se debe administrar al gato se decide en función de su peso. Si el antibiótico se va a administrar por vía intravenosa, intramuscular o rectal, el veterinario lo hará él mismo. Pero, ¿y si el gato tomara antibióticos orales en forma de pastillas o gotas?
No debemos asustarnos, sobre todo si vemos que nuestro gato no está por la labor de ingerirla porque no se encuentra bien. Basta pulverizar la pastilla y disolverla en un poco de agua o camuflarla en su comida favorita, aunque con cuidado de disimularla bien, porque, aunque el gato esté enfermo sigue siendo muy astuto y desconfiado por naturaleza.
Si fueran gotas sería un poco más fácil porque basta con diluirlas en agua o administrarlas con un gotero entre la mejilla y los dientes.
Efectos indeseables del uso del antibiótico en gatos
Como todos los medicamentos, los antibióticos también pueden provocar reacciones adversas. Dado que ataca tanto a las bacterias buenas como a las malas, también dañará la flora intestinal que es responsable del equilibrio del sistema gastrointestinal. Por eso recomendamos la ingesta simultánea de fermentos lácticos adecuados.
Los efectos secundarios más comunes son:
- Urticaria o alergia
- Náuseas, vómitos y diarrea
- Disminución del apetito
- Letargo
- Daño en el riñón
- Daño hepático
- Temperatura
- Ceguera por toxicidad retiniana causada por algunos ingredientes activos con dosis demasiado altas
¿Qué hacer si notamos que nuestro gato, a pesar de haber iniciado un tratamiento antibiótico, sigue sintiéndose mal o notamos algo mal? En este caso debes acudir al veterinario de inmediato. Este determinará si se está produciendo un efecto indeseado y podrá modificar la terapia, suspenderla, cambiarla y tomar la mejor decisión en favor de la salud de tu mascota.
Recomendaciones
Para cuidar bien a tu gato, debes aprender a interpretar sus señales y entender lo que necesita. Esto implica ganarte su confianza y respetar su espacio. También debes contar con un buen veterinario que lo atienda cuando esté enfermo. Si quieres saber más sobre el comportamiento felino, te recomiendo el libro ¿Conoces a tu gato? ver aquí
Cuidar la salud de nuestro gato también significa no humanizarlo, no someterlo a prácticas humillantes o arriesgadas (el uso de collar con cascabel lo es). Cualquiera que tenga un gato debe saber que puede transmitir micosis, toxoplasmosis, salmonella, bartonelosis y ascariasis.
Evita el contacto con los gatos durante el embarazo si estás inmunodeprimida o eres alérgica al cabello y / o la saliva. Mantener un medio ambiente sano y limpio es, sin duda, una acción primordial.