Una de las preocupaciones de muchas familias es cómo lograr que los niños y los gatos tengan una relación adecuada. Temen que los pequeños en su afán de jugar, puedan estresar al minino y como resultado, este termine arañándolos.

Pero no tiene por qué ser así, es posible lograr una conexión extraordinaria entre ambos, niños y gatos pueden ser un equipo perfecto. Hay un conjunto de medidas que se deben poner en práctica, estas a continuación.

Hacer una presentación gradual

El primer paso para lograr que los niños y los gatos construyan una relación armoniosa es presentarlos poco a poco. Los gatos tienen gran sensibilidad y requieren tiempo para poder adaptarse a lo nuevo. El contacto físico entre ambos no se debe forzar por ninguna razón.

La mejor forma de comenzar, es dejar que el gato explore por su cuenta el entorno de los niños, para que pueda familiaricen con sus olores y sonidos. Posteriormente, permitir a los niños que acerquen su mano al minino mientras está acostado en el suelo.

Esto para que la olfatee y así animarlo a acercarse por su propia cuenta. Poco a poco el gato se irá aproximando, si roza su cara o presiona la cabeza con la mano del niño, es una señal de que está listo para que lo toquen y mimen.

Enseñar a los niños el respeto

Es crucial educar y enseñar a los niños la importancia de respetar a los gatos. Es clave explicarles que deben cuidar al minino y tratarlo con suavidad, respetar su espacio y no hacer algo que pueda lastimarle o molestarle.

Establecer normas

Una vez los niños comprendan la importancia del respeto, es fundamental fijar las normas. Por ejemplo, indicarles que no deben gritar, saltar o correr mientras jueguen con el gato, para evitar asustarle o estresarle. Explicarles que no deben tirar de su cola, orejas, bigote o pelo. En caso de que el felino se esconda, no deben perseguirlo y tampoco invadir su escondite.

Crear una zona segura para el gato

Es vital brindar al gato un espacio seguro al que pueda acudir, cada vez que desee escapar de situaciones agitadas. Lo mejor son los espacios elevados como torres y estantes, desde las alturas el minino puede observar todo lo que sucede alrededor y estar fuera del alcance de los niños cuando necesite tranquilidad.

Crear momentos positivos y agradables

Para construir una relación segura y afectuosa entre niños y gatos, también es necesario promover momentos especiales entre ellos. Por ejemplo, es muy útil incentivar a los niños a cepillar al gato, también jugar usando los juguetes para mininos. En cuanto al gato, es útil brindarle golosinas, cada vez que interactúe adecuadamente con los niños.

Supervisar la interacción en todo momento

Las interacciones entre los niños y los gatos deben ser siempre supervisadas, especialmente en la etapa inicial. Todo para asegurar que ambos tengan un comportamiento apropiado. También es primordial supervisar cuando los niños acaricien el gato o intenten cargarlo, además de enseñarlos a hacerlo correctamente. En síntesis, con educación, paciencia y amor, niños y gatos pueden disfrutar de una relación armoniosa.

18 marzo 2024

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